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viernes, 28 de octubre de 2011

Tú y yo ya no somos los mismos.


 No sé si fue por esto o por aquello, por ella o simplemente por mí, por lo que un día me dijiste o por lo que nunca me dirás, por todo lo que me contaste o por los secretos que todavía me escondes. No sé si fue por lo que eres o por lo que quieres hacer creer que eres, por lo que sientes o por lo que te dicen que sientas. No sé si fue por tus quebraderos de cabeza o por mis  ganas de aprovechar cada segundo a tu lado.
 Y es que ahora solo sé que todo acabó. Que nuestros labios se cansaron de besar, nuestros enfados extinguieron las caricias y nuestras discusiones hicieron que los susurros se esfumaran. Que ya no existe ese “nosotros” por el que tanto luchamos. Ni siquiera un “tú y yo”, porque tú te llevabas el “tú” y el “yo” se quedaba aquí conmigo mientras la “y” nos abandonaba y nos dejaba tirados en una carretera cualquiera alejada de todo este mundo de días azules y amaneceres a tu lado.






Y aquí estoy, dando un paseo frío por Madrid, extrañando tus piques, tus abrazos, tus caricias, tu sonrisa y hasta tu particular forma de decirme que me quieres, porque en mi último paseo por Madrid estabas tú cogiéndome de la mano.








<< Y tener el valor de seguir en pie cuando todo se derrumba. >>





PD.: Echo de menos que me hagas llegar tarde a casa.

jueves, 27 de octubre de 2011

Y es así, nos guste o no.


 Es otoño: se reconoce porque las hojas caen, los días se acortan y empiezas a acostumbrarte a la rutina. La misma historia de todos los años, pero cada vez se hace más complicada. Te toca madrugar, ir al instituto y aguantar seis horas sentada en una silla, escuchando a unos cuantos individuos que pretenden enseñarnos distintas cosas sobre números inexactos, letras que están en todos lados, sucesos que provocaron las consecuencias de lo que el mundo es ahora, estudios sobre el ser humano que creen entender nuestra conducta y, algo de educación, de la cual nos falta a todos un poco.
 Después de estas seis agotadoras horas, llega la hora de irse a casa, pero el día no acaba aquí: todavía queda una tarde ajetreada a la que solo puedes hacer frente con una taza de café bien cargado. Una vez que has activado todos los sentidos, toca ponerse manos a la obra: actividades extraescolares, deberes interminables, algo de estudio y un último repaso del examen que tienes al día siguiente. En fin, que acabas el día y has hecho de todo, menos divertirte. Y esto se repite todos los días, de lunes a viernes, durante nueve meses, a excepción de algún día que se nos ofrece como libre, aunque al final acabamos en el mismo sitio de siempre haciendo lo de todos los días: estudiar.
 Eso es rutina. Los seres humanos, somos iguales respecto a esto: como en la moda, todos nos guiamos por el mismo patrón y, los pocos que deciden no seguir una rutina “adecuada” a su edad, no acaban muy bien que digamos. Es una especie de fuerza que llevamos dentro, similar a la rabia. No podemos detenerla. Si lo hacemos, estaremos cambiando la rutina por otra forma de vida aún desconocida, estaremos jugando con nuestro futuro y no es que a la gente le vaya mucho jugar con ese fuego con el que saben que la mayoría se quemó.







<< La vida ya te va a dar palos por sí sola. No seas imbécil y te los des tú mismo. >>

viernes, 14 de octubre de 2011

Pequeños detalles.

Un día me dijeron que me pusiese de pies, mirando al sol y que empezase a caminar. Que nunca dejase de hacerlo y que no mirase jamás hacia atrás. Pero yo creo que a veces también es bueno echar un ojo a todo eso que ya hemos vivido, aunque sólo sea para recordar los buenos momentos y alguno malo. Porque al fin y al cabo nosotros seguimos aquí por todo lo que dejamos atrás. Al final nos acabamos reduciendo a "pasado". Porque los buenos momentos quedan ahí, impregnados en fotos o como recuerdos en nuestras cabezas.










<< Y ES QUE AL FINAL, TODO SE REDUCE A CIERTOS MOMENTOS. >>

Supongo que por eso dicen que los pequeños detalles marcan las grandes diferencias.


jueves, 13 de octubre de 2011

Only one.

En silencio y sin cruzar una palabra...





<< Solamente una mirada es suficiente para hablar. >>

martes, 11 de octubre de 2011

Un "sí" que no acaba nunca.


Siempre es un sí que no acaba nunca. Te doy mi "si" para siempre.
Sí al lado derecho de la cama. Sí a tener gato en vez de perro. Sí a tener coche en vez de moto. Te doy mi "sí" para siempre. A cambio de eso no te pido nada, simplemente que estés conmigo, ese es el trato.
[Texto: AnuncioMovistar.]


Que si me regalan el futuro, no lo quiero sin ti.

domingo, 9 de octubre de 2011

Ella y sus 17 ;)


Brindemos por este día. Por aquel día, mejor dicho. Brindemos por aquel 30 de septiembre en el que tú dabas un paso más. Brindemos por todos los "año nuevo" que no pudimos estar juntas. Brindemos por cada año y por cada día que llevamos. Brindemos por cada lágrima derramada y por cada sonrisa regalada. Brindemos por cada error y por cada paso dado en falso. Brindemos por cada estupidez dicha. Brindemos por cada una de nuestras miradas y por cada palabra intercambiada. Y por último, brindemos por cada cosa por la cual tú y yo seguimos aquí, siendo lo que tú eres, lo que yo soy.. lo que somos.

Dulces 17. Te quiero.


Tengo mil sonrisas para regalarte.



Echarle un pulso a la distancia, y ganarle.



Yo tampoco sé vivir, solo estoy IMPROVISANDO.



Tu mirada me hace GRANDE.





<< Nunca se para de crecer. >>

PD.: Siento mucho la tardanza.

lunes, 3 de octubre de 2011

Ocho letras. Dos palabras.

Te quiero.Primera persona del singular,presente de indicativo del verbo querer.Ocho letras,dos palabras.Miles de sentimientos.Puedes gritarlo,susurrarlo o simplemente pensarlo.Puedes demostrarlo día a día,o puedes tenértelo callado durante toda tu vida.Puede ser el amor de tu vida,puede ser un simple amor de verano.Estas palabras pueden hacerte la persona más feliz del mundo.También pueden joderte la vida.
[Texto: Amaia]


 

Improbable, tal vez..

La real academia define la palabra imposible, como algo que no tiene facultad ni medios, para llegar a ser, o suceder. 
Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad, que la imposibilidad. Como a todo el mundo supongo.
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió.
Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió.
Que los Baron Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió.
Nadal desbancando del numero uno a Federer.
Una periodista convertida en princesa.
El 12-1 contra Malta.
El amor, las relaciones. los sentimientos , no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.
Porque lo improbable es, por definición, probable, lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar.





Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

Imagine.



                                                                "Imagina que no haya posesiones,
                                                                no sé si podrás;
                                                                que no haya necesidad, codicia o hambre, 
                                                                sino una hermandad de hombres;
                                                                imagínate a todo el mundo
                                                                compartiendo todo el mundo.
                                                                Dirás que soy un soñador, pero no soy el único;
                                                                espero que algún día te unirás y el mundo será uno."

                                                                                                                                   [ John Lennon - JL ]