Enero fue
un mes que nos trajo frío y pocas ganas de empezar bien el 2012, habíamos sufrido
demasiado como para tener ganas de algo, habían sido demasiados besos en mi
cuello, tantos que ya se ahogaban en el recuerdo de un amor que había
significado mucho más de lo que nos hubiéramos imaginado, pero eso nos hizo
darnos cuenta que lo que teníamos que hacer era cambiar cada recuerdo malo por
una sonrisa, porque las cosas se acaban y, por mucho que busquemos, no siempre
hay un porqué. Febrero quiso
darnos esperanzas y volver a tener la ilusión de niño que todos llevamos dentro,
nos hizo ver el lado bueno a las cosas y nos hizo aprender a afrontar con
positividad todo aquello que se nos pusiese delante. Marzo nos trajo desilusiones pero, de la misma forma que
nacen las flores cada primavera, supimos morir para renacer con ellas más
fuertes que nunca, descubriendo, a la vez, nuevos rincones de un Londres que
hacía poco lo habíamos dejado atrás. Abril
de nuevo nos reunió a casi todos, pero seguía faltando algo y empezamos a
ahogar las penas en alcohol al ritmo de una música que nos recordaba los bailes
hasta el amanecer de un agosto ya olvidado. Mayo quiso ser cruel y nos trajo grandes desilusiones que
nos costaron noches en vela y amaneceres con la almohada mojada a causa de
tantas lágrimas derramadas. Junio
nos hizo aprender que si nos ponemos un objetivo, tenemos que hacer todo lo
posible por cumplirlo, al fin y al cabo somos nosotros mismos los que nos lo
ponemos; también nos trajo despedidas de personas que nos habían regalados
sonrisas un lunes a las ocho de la mañana. Julio
fue una explosión de experiencias y de sentimientos, el reencuentro con aquella
que me había sacado tantas sonrisas un año antes, rememorar lo sucedido en
Oxford, una ciudad británica que nos había regalado buenos amigos, muchas risas
y lágrimas descontroladas por despedidas de las que ya éramos conscientes;
Benidorm, una nueva ciudad, la playa y la arena entre los dedos; el dulce
recuerdo de la capital, de los paseos por Madrid y la libertad que me daba esa
ciudad; pero julio venía cargado con un poco de todo y también trajo alguna que
otra noche de lágrimas calmadas por el apoyo de los buenos amigos, por la
vuelta de otros y por las dulces palabras de las personas que habían llegado a
tu vida ese mismo año; todo esto nos devolvió la ilusión. Agosto era ese mes siempre tan esperado que cada año nos
traía nuevas sorpresas, aunque este año nos trajo también desilusiones y buenos
recuerdos que, sin querer, hacían daño; fue un mes que nos mostró que los
buenos amigos son los que están ahí, pase lo que pase. Septiembre llegó con ganas de hacernos olvidar y seguir
hacia adelante, fiestas que alegraban nuestras sonrisas, reencuentros e inicio
de una nueva etapa; una pena que se fuera tan pronto como llegó. Octubre, tan juguetón como
siempre, se quería llevar nuestro verano y el buen tiempo, al principio
conseguimos impedirlo, pero Octubre siempre gana y nos deja vacíos, con tan
solo un dulce recuerdo del calor de tus besos. Noviembre siempre llegaba con prisa y se iba de la misma
forma, sin mucho que decir, tan solo congelaba nuestros corazones. Diciembre llegó pisando fuerte,
tanto que arrasó sentimientos y tan solo dejó el recuerdo en dedos que
dibujaban corazones sobre cristales empañados con la esperanza de que algún día
los suyos pudieran volver a amar tanto como lo hicieron ya una vez.
Este 2012 nos ha hecho darnos
cuenta de que, a veces, por mucho esfuerzo, trabajo y tiempo que se dedique a
algo, no siempre se consigue, pero aún así hay que seguir luchando por ello y,
que a pesar de las desilusiones y de los malos momentos, siempre hay que seguir
adelante, que todo eso solo está para que lo bueno lo tomemos con más ganas y
lo valoremos tanto como se merece.
Bloggers! Después de mucho sin aparecer por aquí, publico este post-resumen de mi 2012, espero que vuestro año haya sido muy grande y empecéis con muchas fuerzas este 2013 que llega. Despedid el año como se merece, rodeados de familia y amigos. Muchos besos y FELIZ AÑO! Xx